7 de maig 2010

¿Crecimiento o decrecimiento?


- "Menos para vivir mejor"


- "El sistema actual está agotado y ahora surge una oportunidad para repensar nuestro destino. Si no decrecemos mediante un proceso reflexionado caminaremos hacia el hundimiento global
".


El caracol es el simbolo de la teoría del decrecimiento.


El decrecimiento es una línea de pensamiento político que, aunque surgida en los años 70, alcanza ahora gran resonancia por la crisis económica mundial. Los teóricos definen el decrecimiento como la corriente que propugna que en los países ricos no hace falta crecer más, sino un periodo de contracción económica voluntaria que sirva para repensar las necesidades humanas reales y para construir una sociedad más justa, más participativa y ecológicamente sostenible. Los decrecentistas defienden que su propuesta no es una utópica si no todo lo contrario, creer infinitamente en un planeta finito.

Uno de los pilares del decrecimiento se sustenta en que el crecimiento económico está sobrevalorado ya que, según ellos, el modo de vida en nuestra sociedad se basa en exceso en el consumo y esto no trae más felicidad, si no más bien problemas como el estrés o la obesidad. Llegado el caso, la transición al decrecimiento supondría un cambio de modelo y por tanto la desaparición de sectores enteros de la economía, la redistribución del trabajo, la primacía de la vida social, un mayor peso de lo local, la austeridad voluntaria y la democracia participativa.

Se propone que el decrecimiento se articule en manifestaciones prácticas diarias como las cooperativas de consumo agroecológico, la banca ética, el movimiento de simplicidad voluntaria o la red de ciudades en transición.

Los ecologistas explican que es la única corriente económica que tiene en cuenta al planeta y supone un paso adelante en las teorías de la economía ecológica, ya que se tiene en cuenta la organización económica tomando como referente fundamental un planeta finito. No ven suficiente la aplicación de políticas de "desarrollo sostenible", términos que consideran antagónicos. Dichas políticas solo posponen los problemas en el tiempo pero no los resuelven.

El capitalismo, actual sistema económico, hace balance del progreso sin medir costes como la destrucción de las materias primas, la producción de dióxido de carbono o la destrucción de la biodiversidad.

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